¡Hola chic@s!
¿Sabías que además de producir graves enfermedades pulmonares y aumentar potencialmente el riesgo de cáncer, el tabaco también es un hábito muy dañino para la piel ya que destruye el colágeno, lo cual acelera el envejecimiento?
Cuando nos hacemos mayores, el colágeno va degradándose de manera natural, por lo que se forman arrugas; pero fumar hace que todo este proceso se acelere.
Además, el tabaco reduce la elasticidad natural de la piel ya que rompe éste colágeno y disminuye su producción...
Los especialistas dermatólogos indican que mantenerse joven cuando pasan los años tiene que ver con cómo cuidamos nuestra piel frente a causas externas que puedan dañarla como el sol, el estrés, las drogas, el alcohol, la contaminación y el tabaco, entre otras.
Dentro de los factores externos que contribuyen a que una persona aparente ser más mayor de lo que en realidad es, la exposición al sol, el tabaquismo y el consumo de alcohol son los más importantes.
El tabaquismo causa alteraciones en la piel como arrugas prematuras, deshidratación, manchas amarillentas en los dedos y manos, olor a tabaco, dificultad para que las heridas cicatricen, alteraciones en la estética y salud bucal y cáncer.
¿Por qué afecta a la cicatrización de la piel? El humo del tabaco disminuye la oxigenación de los tejidos.
La nicotina disminuye la circulación periférica, es decir, disminuye la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos periféricos.
Además, aumenta la viscosidad de la sangre al aumentar la agregación de las plaquetas y glóbulos rojos.
El tabaco, como hemos dicho, también causa alteraciones bucales ya que la nicotina afecta de manera directa a la región periodontal.
El alquitrán que contiene el tabaco es muy irritable para las mucosas y las encías, lo cual aumenta el riesgo de padecer gingivitis.
Seguro que más de uno después de leer nuestro blog acaba con un espejo en la mano... ¿Necesitas más motivos para dejar el tabaco?
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