¡Hola chic@s!
Bueno, nuestro blog de esta semana está especialmente dirigido a nuestro público femenino, ya que en él hablaremos sobre la importancia de mantener una buena higiene íntima y cómo conseguirlo siguiendo unos sencillos pasos.
Una buena higiene íntima femenina es imprescindible para sentirse fresca y limpia durante todo el día, pero también lo es para impedir las infecciones vaginales u otros problemas que afectan a esta zona tan sensible y delicada del cuerpo.
Para mantener una adecuada higiene íntima se deben llevar a cabo diariamente una serie de cuidados que protejan la flora vaginal y permitan que el pH natural de ésta zona no se altere.
Antes de nada, es muy, muy importante lavarse muy bien las manos antes de entrar en contacto con nuestra zona genital.
Para mantener nuestra zona íntima correctamente cuidada se aconseja lavar la zona al menos una vez al día, preferiblemente nada más levantarnos por la mañana, ya que por la noche esta zona también transpira.
Sin embargo, si durante el día haces deporte, tienes la menstruación o sientes que necesitas un extra de higiene, puedes volver a lavarla, pero siempre con cuidado y siguiendo algunos consejos:
1. La manera en la que laves tu zona íntima es casi igual o más importante que la frecuencia con la que lo hagas.
A diferencia de lo que pensamos, se recomienda limpiar los genitales únicamente con agua y un jabón específico que respete al 100% el pH de la zona vaginal.
Evita las duchas vaginales frecuentes ya que pueden ser irritantes, así como la aplicación de jabones que no sean especiales para la zona íntima, ya que no cuidan la flora vaginal y la deja desprotegida frente a posibles infecciones.
2. A la hora de lavar la zona íntima se desaconseja utilizar una esponja o cualquier otro objeto similar. Preferiblemente se deben utilizar los dedos y limpiar la zona con suavidad.
3. Otro de los cuidados imprescindibles para mantener una buena higiene íntima tiene que ver con el uso de los tampones.
El uso de los tampones debe limitarse a únicamente cuando sean necesarios y no utilizarlos de manera permanente ya que impiden la salida del flujo y las bacterias aumentando el riesgo de sufrir infecciones vaginales.
Los tampones deben cambiarse cada 4 o 6 horas, dependiendo la abundancia del flujo, y nunca alargar este tiempo.
Si sigues estos consejos y cuidas adecuadamente tu zona íntima mantendrás una correcta higiene y la flora vaginal se mantendrá sana.